Rafa Soler es el chef de Audrey's, recientemente a recibido una estrella Michelín y nos acerquemos a probar su elegancia y distintos contrastes en sus platos. Esta cena nos fue deleitada con servicio de maridaje en su mayoría vinos blancos de la zona, todo un placer para mi compañera pues es su debilidad. El
menú Benitet, debido a una oferta que encontremos y no nos dejaron cambiar aun pagando la diferencia, imagino ya lo tendrían casi todo preparado. Pero personalmente una lastima pues me hubiera encantado su menú
Buena Sombra.
Empezaron con un cava amarillo pálido de burbuja fina y persistente. En boca buena acidez con recuerdos de mokka y albaricoque.
Lágrima Real es su nombre y nos encanto para abrir apetito.
Lo acompañaron con un pan de espelta, otro de brioche y un aceite de la Sierra de Mariola. Un aceite muy aromático ligeramente amargo.
Su primer entrante fue
estofado con huevos de pata de ternera. Aunque el consomé tenía gran sabor los trozos de ternera nos dieron una sensación en el paladar algo gelatinoso. Para empezar no nos agradó demasiado.
El vino que nos eligieron para este plato nos encantó. El
cullerot vino blanco valenciano con intensas notas frutales y ligeros toques herbáceos. En boca de fácil entrada y fresco.
Capuchino de quisquilla. Una sabrosa salsa con un toque muy fresco de la quisquilla. Muy rico y nos olvidabamos del anterior plato.
Acompañando este plato un moscatel seco,
Casta Diva. Proveniente del cultivo del valle de Jalón. Ideal para acompañar la quisquilla por su toque salado. De paso en boca fresco con un toque salado al final que recupera la dulzura del moscatel. Buena elección.
Cococha de bacalao con sopa de ajo. Plato de muy buena elaboración y de gran sabor. La Cococha estaba perfectamente preparada.
Vino de Garnacha blanca le daba intensidad al plato. Este vino situado entre Tarragona y la frontera de Aragón fresco y joven con fragancias de melocotón, pera, manzana y nuez moscada. La tipicidad de la garnacha blanca se nota en el paso en boca con toques cítricos. Todo esto hace de este vino,
Rebels de Batea, muy agradable y muy equilibrado.
Mi plato favorito en este menú fue
corvina con apio de bola. Fue tal lo que me gusto que se me olvidó hacerle una foto. Su sabor era muy intenso pero fresco. Te dejaba saboreando cada momento su limitada existencia
Quinta Milu
La Cometa, vino tinto de crianza con equilibrio fruta-madera con notas balsámicas en nariz. En boca muy estructurado y elegante. Fue el vino que acompaño el plato de castañuelas ibéricas con setas de temporada. Plato que ponía punto casi final y algo arriesgado. La salsa de setas estaba muy rica pero las castañuelas aun siendo algo sabroso pero también algo espeso en el paladar eliminaba todo reposo del frescor de los anteriores platos.
El final volvía a ser fresco.
Fruta de la pasión con chocolate. Muy equilibrado e intenso.
El vino espumoso
Estelado realizado por las bodegas Torres, daba el ultimo acompañamiento con el postre. Espumoso de burbuja fina con aromas de frutos rojos y cítrico muy ideal debido a su frescor.
Nos obsequiaron también con unas pastas y dulces con el café. Su presentación inmejorable.
Buen restaurante en general con buen servicio en mesa y excelente maridaje. Solo que cambiaría su recta conducta a la hora de hacer algunos cambios en lo contratado. Sus platos algo arriesgados en general muy buenos y de excelente presentación. Nos tocará volver para poder llegar a una decisión final.
¿Habéis visitado este restaurante?.
¿Habéis probado otros menús?.
¿Algúna recomendación?.
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